domingo, 13 de julio de 2014

lo que vengo pensando en el 26 de madrugada con niebla

una imagen hermosa, nítida, fresca, vacía de mezquindades, deliciosa; una apreciación directa sobre el devenir. esto sucede y es inevitable, preciso y heterogéneo pero no por eso menos disfrutable. preguntar por su contracara y cuándo va a aparecer. cuándo lo agradable deja de serlo, por qué someter evidencias a medición. por qué abandonar el disfrute en la hora previa, por qué los ruidos son inmensos e intensos e inaplacables. e inabarcables. por qué no convertirse en eremita. cómo es que los deseos se transforman en necesidades. cuánto importa la honestidad y por qué a veces resulta dolorosa. cómo no sucumbir ante el propio egoísmo, por qué el deber moral opresivo externo del no ejercerlo. algo más de empleo en la valentía directa o el arrojo y un poco menos de la consabida religión de la mirada del mundo ajeno.


casi como decir lo único que quiero en la vida no es que me miren como si fuera magia sino que entiendan lo que quiero decir.



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